domingo, 28 de agosto de 2011

¿Crece la amenaza brasileña?


Brasil lanzó un millonario plan de estímulo a su industria ¿Qué sectores quedan más expuestos a la importación y cuáles tendrán más dificultad para exportar? Cómo ven los empresarios pyme y analistas el escenario a mediano plazo y qué medidas ayudarían a reforzar la integración.

Mientras las principales economías del mundo se ponen en alerta ante la amenaza de una nueva recesión, Brasil anunció un paquete millonario para ayudar a su industria a enfrentarse a una moneda sobrevalorada y una merma en la producción. ¿Cómo puede afectar a la Argentina el plan de su principal socio, que incluye recortes impositivos a la industria por u$s 16.000 millones?

El Plan Brasil Mejor busca dotar de mayor competitividad a la industria brasileña. Contempla un aumento de los reintegros a las exportaciones industriales, la extensión de exenciones impositivas vinculadas a la inversión, una ampliación de líneas crediticias, mayor proteccionismo y la baja de costos laborales en los sectores textil, calzado, muebles y software.
"Se busca reducir el costo de inversión a través de instrumentos financieros, fiscales y de regulación, con el fin de bajar la carga tributaria sobre la inversión, promover la simplificación de los registros y legalización de nuevos emprendimientos", explica Luciano Crisafulli, responsable de Ieral Pyme, de la Fundación Mediterránea. Esta medida se determina "en un contexto caracterizado por la pérdida de competitividad que sufre el país vecino desde hace algunos años como consecuencia de la apreciación real de su tipo de cambio generada por la entrada de capitales al país, la misma que condujo a un deterioro de su Balanza Comercial, cuyo saldo baja desde 2007. Se busca entonces mejorar los niveles de competitividad evitando acudir a devaluaciones en el Real", evalúa el economista.

A pocos días del anuncio, los empresarios argentinos hacen su propia lectura: "Exportamos a Brasil desde hace 15 años. Estuve la semana pasada en San Pablo y cerré acuerdos con cuatro empresas para los próximos seis meses. No creo que este plan vaya a afectar nuestra relación comercial porque no hay muchas chances de cambiar las cosas dentro del Mercorsur. Creo que este blindaje lo hace Brasil contra China, porque a nosotros nos siguen viendo como un socio", afirma Horacio Battaglioto, el presidente de A. Mutz y Cia, una firma con 200 empleados que vende al gigante brasileño el 30% de su producción de medias y ropa interior sin costuras. 

Respecto de los sectores alcanzados por el plan, el director del Instituto de Economía Aplicada de la UCES, Mariano de Miguel, y los economistas Diego Coatz y Demián Dalle, del mismo instituto, analizan que la razón de ser del plan brasileño se explica por la amenaza que ataca a la industria brasileña por dos frentes: la apreciación cambiaria y la competencia de productos chinos. En cuanto a este último punto, aseguran que “el ingreso de productos asiáticos desplaza la producción nacional del mercado interno reduciendo el destino local de los productos manufacturados brasileros. Según datos oficiales, la producción industrial en junio cayó 1,6% frente a mayo, y en el primer semestre el crecimiento fue de sólo el 1,7% interanual”, explican.

Sectores con interrogantes

Mauricio Claverí, analista de comercio exterior de la consultora Abeceb evalúa que "el vínculo Argentina-Brasil tiene asimetrías industriales muy marcadas. Esto se viene dando desde 2003, cuando la Argentina empezó a poner cupos e instrumentar medidas de monitoreo. Y a pesar de que en terminos cambiarios la Argentina va ganando ventaja, el déficit industrial es cada vez más negativo. El plan anunciado por Brasil no es una ruptura, sino una profundización de una tendencia".
En la Argentina, los sectores más afectados por las importaciones brasileñas, repasa Claveri, son: bienes intensivos en tecnología donde se registra una fuerte competencia entre Brasil y China, y productos intensivos en mano de obra: calzados, textil, juguetes. "Son sectores deficitarios de la Argentina que, a futuro, van a seguir subsistiendo cuanto más protegidos estén. La Argentina adoptó como medida proteger estos sectores contra la importación, en vez de apuntalar su competitividad", opina Claverí.

En cuanto a las exportaciones que la Argentina realiza a Brasil, en primer lugar se encuentra el sector automotriz y autopartista. También se anotan rubros relevantes como químico, plástico, donde "hay una integración bilateral fuerte; no debería haber impacto. Creo que la Argentinta tiene pendiente definir setores estratégicos de la industria y concentrar en ellos la ayuda. La salida debería ser trabajar en conjunto con Brasil, construir mecanismos de inversión y financiamiento comunes para equilibrar el comercio", opina el analista de Abeceb.
Desde uno de los sectores más sensibles a las importaciones, Daniel Dimare, director de Marketing y Comunicación Institucional de Juguetes Rasti, interpreta que, ante la nuevo plan, "se corre el riesgo que algunas de las grandes empresas jugueteras de Brasil, quieran ganar el mercado argentino. La mejor situación para la economía argentina y para el mejoramiento del sector juguetero sería que alguna de esas empresas quieran establecer una filial o planta en nuestro país, como hizo la fábrica de disfraces Sulamericana Fantasias, desde donde fabrican, exportan e importan sus productos", propone.

Pero también reclama: "Desde 2008 Brasil colocó trabas para arancelarias para restringir las importaciones a su país y nos afectó también a nosotros que éramos ‘socios del Mercosur’. En forma unilateral dejaron de aceptar las certificaciones de normas de seguridad del juguete realizadas en Argentina lo que generó que la mercadería que exportamos la retengan en la aduana por más de 180 días, provocando costos adicionales, demoras en la recepción e inmovilización de la inversión que termina desmotivando al importador brasileño”.

Termómetro empresario

El nivel de preocupación varía según los sectores a los que pertenecen los empresarios consultados. Para Juan Baldoni, director de la fabricante de autopartes de plástico y caucho que lleva su apellido, "es una cuestión de competitividad. En este momento estoy cerrando un acuerdo para exportar mis productos a Brasil a través de un cliente radicado allí, por u$s 1 millón anual. Mientras seamos competitivos, Brasil nos va a abrir las puertas", dice el empresario que vende indirectamente a una automotriz -en el caso de este contrato es Fiat- con la que está homologado, es decir es proveedor de un proveedor. "La Argentina todavía tiene un margen bastante considerable y en mano de obra todavía somos competitivos", asegura el director de la firma cordobesa de autopartes de plástico y caucho que emplea a 31 personas y tiene una facturación anual de $ 6 millones. 

Néstor Aleksink, gerente de Comercio Exterior de Bairexport, tampoco cree que el plan brasileño impacte fuerte sobre la industria local. “No son productos sensibles a lo que la Argentina exporta. En cambio, creo que atrás viene otro tema que sí puede perjudicar: la devaluación del real", dice.

El analista coincide en que estas medidas responden más a un intento de protegerse de China. "Brasil sigue invirtiendo en la Argentina. El proceso de integración no se va a frenar sino que está aumentando todo el tiempo. El próximo paso debería ser eliminar barreras arancelarias con el nuevo código aduanero del Mercosur. Y hoy, la mayor traba para la generación de este código es la presencia de retenciones de la Argentina intra Mercosur", advierte Aleksink, quien ve la inversión de empresas brasileñas en la Argentina, el anuncio de la creación del Banco del Sur a través de la Unasur y el acercamiento a los países de la Comunidad Andina como “señales que permiten pensar en una América latina integrada en los próximos cinco años”.

Los empresarios acuerdan: "Creo que ya existe un pacto entre Dilma y Cristina; los dos países están protegiendo sus industrias y entrelazándolas. Muchas empresas brasileñas se están radicando en la Argentina y nosotros mismos tenemos una fábrica en Uruguayana, Brasil, desde hace 28 años. La idea es seguir el marco de la industria automotriz, es decir un intercambio compensado", afirma Cayetano Sanzi, presidente Tecnoboro, fábrica de vidrio térmico Borosilicato, radicada en Berazategui. El empresario tiene fuertes razones para apostar al intercambio: mañana va a firmar, en la secretaría de Industria, un convenio con Marinex de Brasil para fabricar en la Argentina piezas de vidrio, específicamente jarras. El acuerdo implicará exportaciones por u$s 1,5 millón al año. Para cumplir con el acuerdo, Tecnoboro está invirtiendo u$s 800.000 e incorporando 30 personas a su plantilla local de 70 empleados.
Para Daniel Rosato, presidente de la Unión Industrial de Berazategui y titular de una papelera y una metalúrgica, el anuncio brasileño es un llamado de atención, aunque no especialmente preocupante. “Cuando Brasil implementa medidas económicas tendientes a proteger la industria puede dejarnos en desventaja. Pero la Argentina tiene una industria con determinada protección, existen políticas y está en el espíritu del gobierno aplicar medidas para que una potencial invasión no se produzca. Las licencias no automáticas, puestas en la balanza, son positivas porque sostienen miles de puestos de trabajo”, evalúa.
En este sentido, Dimare considera que "con la administración de las importaciones de la Secretarías de Industria y la de Comercio, sumado a los mayores controles de la Aduana (AFIP) sobre las importaciones y el fraude marcario, son medidas suficientes. Tal vez, fortalecería e incentivaría las exportaciones y, para ser un poco más competitivos, sería importante que se eliminen los derechos de exportación de juguetes del 5% y se incremente el reintegro a las mismas que actualmente es del 6%", sostiene Dimare. La empresa espera terminar 2011 con un aumento de la producción de 15% (en 2010 se vendieron casi 682.000 unidades), tiene 51 empleados permannentes y proyecta la inauguración de una nueva planta, en 2012, de 8.000 m2, que duplica la actual.

En la consulta realizada por El Cronista entre los empresarios, no se detectaron señales de alarma contundentes. Algunos, incluso, optaron por poner el foco puertas adentro. Es el caso de Constantino Abella: “Más que por Brasil estoy preocupado en tecnificarme yo, en crear valor y en pensar en hacer un producto de calidad en la Argentina, para ser próspero acá y en el mundo", cuenta el fundador de CVA, una desarrolladora de equipos para el diagnóstico vehicular.

De todos modos, el plan brasileño anticipa que las perspectivas de una mayor competitividad por parte de sus empresas son reales a mediano plazo. Para Crisafulli, del Ieral, “ante este nuevo escenario, las empresas argentinas deberán responder con mayor dinamismo, apostando por mayores inversiones que eleven su productividad. Para ello es esencial generar un clima de negocios previsible, con estabilidad de precios y con reglas claras, que tienda a disminuir la presión fiscal sobre las empresas, que promueva el acceso al financiamiento con plazos adecuados para la inversión y mejorando la infraestructura que acompaña la producción”.

La Argentina no puede ignorar el nuevo contexto internacional, ya que Brasil es muy importante como destino final de sus manufacturas. Por ejemplo, un estudio del Ieral señala que cerca del 55% de los automóviles que produce la Argentina se colocan en Brasil. “La evolución macro y micro del país vecino parece señalar que Brasil experimentará en los próximos años un crecimiento sostenido y menos volátil que el experimentado en décadas anteriores. Argentina podría beneficiarse de esta tendencia en la medida en que adopte una política inteligente buscando complementar la producción brasilera y acompañando su ciclo de crecimiento. Si la Argentina logra fortalecer las relaciones Mercosur y a la vez genera las condiciones internas adecuadas, entonces puede esperarse una sinergia entre la producción local y la brasileña, generándose un crecimiento conjunto en ambas economías”, dice Crisafulli.

Por Daniela Villaro - Cronista Comercial - 18/08/2011



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